PRÁCTICAS EGOÍSTAS
Colombia es un territorio conocido entre otras cosas por su
belleza y diversidad en cuanto a la fauna y flora, sin embargo es muy común
encontrarse con excavaciones en montañas que, poco a poco, han ido acabando con
el verde que allí solía apreciarse.
Las excavaciones pueden realizarse con diferentes objetivos:
obtener materia prima que se considere necesaria en construcciones; adaptar un
territorio para realizar edificaciones o estructuras con un determinado fin;
buscar aquellos elementos que consideramos preciosos provenientes de la
naturaleza como oro, esmeraldas, petróleo…
Pese a que inicialmente se realizan este tipo de prácticas
en pro de la sociedad, pueden desprenderse de allí algunas consecuencias
negativas a largo plazo. Para hacer excavaciones,
es necesario remover árboles de la zona donde se realice esta práctica, este
hecho por sí solo, genera bastantes problemas a la vez:Destrucción de hábitats ya establecidos que pone en peligro
a las especies de animales que viven allí alterando el equilibrio natural. Los
árboles son fuente de vida para nosotros puesto que son los generadores de
oxígeno, así que estamos acabando con un recurso vital para la vida; Además la
raíz de los árboles funciona como ancla para retener la tierra, por ende al
removerlos de una zona montañosa, se corre riesgo de un derrumbe.
Por otra parte, las emisiones de los motores de las máquinas
excavadoras, son contaminantes atmosféricos y depende del lugar de excavación,
pueden ser fuente de contaminación a aguas subterráneas, por lo que retornamos
al daño generado en nuestras fuentes de vida.
Por ende, es necesario regular este tipo de prácticas que
aun cuando son necesarias ahora, impactan al medio ambiente negativamente en un
futuro, comprometiendo la sostenibilidad del mismo y en consecuencia nuestras
condiciones de vida.
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